El vértigo de los cóndores

aschalla willakuq

[kastillasimi llankashanmi] La propuesta de Ollanta Film, la empresa productora, fue realizar una película de respetable presupuesto y colmada de escenas espectaculares. El vértigo de los cóndores narraba una historia de aviadores que viajaban recorriendo el Perú. Por fuerza, y para no decepcionar a los espectadores habituados a contemplar elaborados pasajes de vuelos, sobrevuelos y hasta acrobacias aéreas en cintas de aviación extranjeras -como Alas (Wings de William Wellman, 1927), The Eagle and the Hawk (de Stuart Walker, 1933), y Volando a Río (Flying Down to Rio de Thornton Freeland, 1933)-, la cinta incluyó imágenes, filmadas desde las alturas, de los paisajes más conocidos del país, encabezados, claro está, por Machu Picchu.

El rodaje, bastante complicado, duró casi un año, desde inicios de 1939. La dirección de El vértigo de los cóndores estuvo a cargo del tenor lírico y pintor chileno Roberto Saa Silva.

Saa Silva llegó al Perú en junio de 1938. Hasta entonces su carrera se había desarrollado en Hollywood, donde participó, como técnico y actor, en algunas películas rodadas en español en los comienzos del cine sonoro. Saa Silva, luego de su experiencia peruana, filmó dos largos en Colombia (Allá en el trapiche, en 1943, y Anarkos en 1944) y dejó inconclusa una tercera cinta, "Pasión llanera", que empezó a filmarse en escenarios colombianos en 1947.

La experiencia de Saa Silva no pudo evitar las dilaciones y complicaciones del rodaje, motivadas por las dificultades al filmar las escenas aéreas, en las que debía participar la protagonista del filme, la poeta y recitadora cubana Dalia Iñíguez, que luego participó en el cine mexicano. También retrasó el cronograma de filmación el diseño de coreografías musicales, concebidas a partir de estilizados "bailes incaicos ejecutados por más de 80 danzarines" desenvolviéndose en las alturas del Cusco. No se conserva copia de esta película. (Un cine reencontrado, Ricardo Bedoya)